Por José Luis de la Calva
El artista francés Abraham Poincheval, asiduo a las performances extremas y consagrado en descubrir el mundo desde perspectivas inexploradas, anunció que está preparando un excéntrico periplo fluvial. Durante dos meses y medio remontará 500 kilómetros del Ródano a bordo de una botella de cristal de seis metros de largo por dos de ancho, como una suerte de mensaje humano.
Tiene de 43 años, vive en Marsella, ya es conocido por sus hazañas. Vivió dos semanas en el vientre de un oso, atravesó Francia en rigurosa línea recta, sobrevivió 20 días como un topo que excava un túnel y se aisló en la oscuridad total de una caverna durante 120 horas.
Esta vez se inspiró en «El país de las maravillas», creado por Lewis Carroll, un mundo al que Alicia accedía al beberse el contenido de una misteriosa botella que la hacía menguar hasta una altura de 25 centímetros.
«Me gusta entrar en las cosas y vivirlas desde el interior, donde se confunde la frontera entre la realidad y el sueño», explicó a la agencia EFE el artista tras superar un período de aclimatación en su particular navío. Estuvo afincado durante diez días en la localidad de Port-Saint-Louis-du-Rône, en la Costa Azul francesa, separado del mundo exterior por una superficie transparente de cinco milímetros de espesor y a merced de cualquiera que pasara por allí.
«La gente se acercaba a la botella, atraída por ese objeto colocado a orillas del mar como una cápsula espacial», dijo.
La botella-casa diseñada por el propio Poincheval tiene un tapón que sirve de respiradero y puerta de entrada. Hay víveres, una cama, agua y captores solares para generar energía y ventilar el interior. Tiene también una capa de lluvia, que le brinda intimidad.
«Tenía diferentes angustias, especialmente el calor, que es lo más violento porque puede llegar hasta los 47 grados en el interior. Pero ha ido muy bien», agregó el artista, que instaló un parasol para no derretirse y que ya anunció que su siguiente proyecto, en el año 2017, será pasear por las nubes.
Se estima que en julio y agosto del próximo verano se lanzará Ródano arriba, desde su desembocadura hasta Ginebra. La botella estará conectada a una plataforma que remolcará un barco tradicional y se permitirá escalas en Arles y Lyon.
La iniciativa de Poincheval, que produce el Centro Nacional de Artes de la Calle Citron Jaune, quedará documentada en un videoblog y un cuaderno de bitácora que podrá seguirse por Internet y estará supervisada por el Fondo Regional de Arte Contemporáneo de Marsella (FRAC), campo base con el que establecerá contacto dos veces al día.
Cortesía: clarin.com